EDITORIAL
Amigos:
Es para mí un enorme placer a la vez que un honor, estar viviendo esta instancia del cincuentenario de nuestra asociación.
Es cierto que para la mayoría de los sectores industriales, cincuenta años no es mucho; la mayoría son varias veces centenarios, y en nuestro país, casi tan antiguos como nuestra existencia como nación independiente.
Pero el plástico es un fenómeno relativamente nuevo en la historia humana, y uno de los que han contribuido grandemente al progreso y mejora de la calidad de vida de la población del planeta.
Que un país pequeño y de mercado insignificante como el nuestro haya acompañado e incluso liderado la implantación de nuevas tecnologías industriales en la región, no es algo menor que deba pasar desapercibido. Coherente con ese hecho, nuestro sector y nuestra asociación siguen mostrando índices de dinamismo, renovación, inversión y actualización tecnológica muy superiores al promedio, y eso es algo de lo que nos enorgullecemos legítimamente.
Pero hoy no quiero hablar de todo lo que hemos hecho y hacemos a diario: la defensa del plástico frente a los ataques ecofundamentalistas, o la difícil negociación laboral ante agremiaciones, que argumentando defender al trabajador, pretenden imponernos un esquema social fallido y divorciado de la realidad del mundo, o la eterna lucha contra el muro de la burocracia de gobierno que nunca ha comprendido de qué se trata el mundo de la producción, o las largas negociaciones del comercio internacional y la integración regional y sus variados y complejos intereses.
Hoy quiero resaltar un aspecto que normalmente, por obvio, pasa desapercibido.
Se trata de la invalorable contribución que hacen (debo decir hacemos) al desempeño de un país todos aquellos hombres y mujeres que, sin provecho individual alguno, dedican una parte importante de su tiempo a la tarea gremial.
Muy pocos son los que se han preguntado a sí mismos porqué hacerlo. Simplemente lo hacen. La actuación gremial se percibe como un deber, casi diría moral.
En esta época de convicciones inciertas, patriotismos mal entendidos, dobles y triples discursos y liderazgos inexistentes, es reconfortante ver que aún existe un grupo de gente que gustosa ofrece a los demás lo más valioso que tiene para ofrecer: su tiempo y la disposición de hacer propios los problemas de otros.
Vaya entonces mi homenaje a mis compañeros de directiva de hoy, a los pioneros que un 25 de julio de 1956 fundaron la Asociación de Moldeadores de Plástico (hoy A.U.I.P.), a los que a lo largo de cinco décadas han continuado su trabajo, a los miembros del Consejo Directivo de la Cámara de Industrias del Uruguay, sin cuya excelente matriz de servicios y apoyo permanente no podríamos funcionar, y finalmente, a todos los funcionarios de la CIU, que si bien están cumpliendo una función a cambio de un salario, lo hacen con la camiseta de la industria tan pegada al cuerpo que seguramente no se la sacan ni al dormir.
Quisiera también homenajear y agradecer a otras personas e instituciones que a lo largo de los últimos años nos han apoyado y ayudado significativamente en nuestra tarea:
Al Héctor de los Santos, nuestro secretario ejecutivo, eficiente hacedor y memoria viva de la asociación. A Gualberto Rocco, recordman de la actividad gremial y primer presidente en Latinoamérica de una gremial industrial nacional venido del sector del plástico. A las Cámaras y asociaciones de los países hermanos, particularmente las de Argentina (CAIP) y Brasil (ABIPLAST), que siempre nos han considerado con el respeto y afecto que corresponde a un hermano menor. A la revista Ingeniería Plástica, que siempre nos ha brindado desinteresadamente una vidriera al mundo y concretas oportunidades de comunicación.
Y por supuesto - y a riesgo de ser reiterativo - a las generaciones que nos precedieron, a nuestros padres y abuelos que tuvieron la capacidad de discernir que la tarea gremial es una inversión a largo plazo, que el sacrificio de hoy se materializará en beneficios generales futuros.
A todos ustedes, muchas gracias.
Hugo A. Donner
Presidente - Asociación Uruguaya de Industrias del Plástico - AUIP
Julio 2006 - Montevideo Uruguay
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