Revista Ingeniería Plástica


Una breve reseña de
nuestros números anteriores en la sección de archivo
La Editorial
La Revista
Entrevistas
Novedades
A.U.I.P.
Clasificados
Exposiciones
Suscripción

Producción


Visualización Optima
800x600 e Internet Explorer

- IngenieriaPlastica.Com - La Revista

- Revista Ingeniería Plástica - Nº 1

Portada I.P. Nº 1


Pag. 36 - Economía
Reingenieria

Definida por los que desarrollaron la ideas, reingeniería es «.... la revisión fundamental y el rediseño radical de procesos para alcanzar mejoras espectaculares en medidas criticas de rendimiento tales como costos, calidad, servicios y rapidez».
Se habla de revisión fundamental, de rediseño radical, y de mejoras espectaculares. Todo lo relacionado con la reingeniería aparenta ser exagerado y espectacular. Se anuncia que la reingeniería es un «empezar de nuevo», un «tirar a la basura todo lo que hacemos para comenzar de cero». De hecho, la frase que anuncia al libro «Manual de Reingeniería» es «Olvide todo lo que usted sabe sobre como debe funcionar una empresa. Casi todo está equivocado». Con este mensaje de introducción, no es de extrañar que todo lo de reingeniería parezca ser radical y cause algo de espanto. Para iniciar un proceso de reingeniería, es preciso olvidar todo lo anterior y comenzar de nuevo. Esta aparenta ser la característica mas llamativa de la Reingeniería.

Nosotros nos preguntamos, ¿es posible hacer una revisión fundamental y un rediseño radical de la contabilidad? Aunque nuestras metodologías han estado en vigencia por casi quinientos años sin que se haya encontrado una mejor que la sustituya, yo creo que sí es posible realizar tal revisión y rediseño. Todo lo creado por el hombre puede ser revisado y rediseñado. Y podríamos embarcarnos en la tarea de reinventar la contabilidad para, por ejemplo, abandonar el sistema de doble entrada para sustituirlo por otro que mejore especta-cularmente nuestro rendimiento, reduzca nuestros costos y aumente la calidad de nuestro trabajo.

Pero me pregunto, ¿ Es esto necesario?, ¿Predica alguien que la contabilidad está obsoleta o en necesidad de cambios? ¿Se pretende acaso que nos concentremos en revisar la parte mas técnica y menos científica de nuestra profesión? Me parece que las respuestas a estas preguntas son en negativa. Nuestra impresión es que lo que se quiere de los contadores no es que tratemos de reinventar la metodología contable, sino que hablemos sobre las reformas que consideramos necesarias para hacer que nuestra profesión se mantenga a la vanguardia en estos tiempos de cambios, para hacer que los contadores ocupemos el sitial que nos corresponde en nuestras sociedades, para lograr que nuestro trabajo tenga cada vez mas valor y para fortalecer los organismos que nos agremian y representan, tanto a nivel nacional como internacional.

La utilidad del contador tiene que ir mucho mas allá que la prestación de un servicio contable, o de la auditoría, impuestos o sistemas. Ya a las empresas no les resulta suficiente que brindemos el servicio de recolectar, organizar, producir y verificar información financiera. Tenemos que hacer mucho mas que esto. Debemos entonces rediseñar radicalmente «reingenierizar», si se quiere, nuestro rol para satisfacer las necesidades nuevas que existen hoy día en la microeconomía que son las empresas, así como en la macroeconomía que son nuestros países.

Las principales necesidades de las empresas no pueden ser satisfechas mirando hacia el pasado y los trabajos a los que nosotros dedicamos la mayor cantidad de tiempo, esos de recolectar, organizar, producir y verificar información financiera, miran hacia el pasado. Hemos estado acostumbrados a trabajar en la relativa seguridad y tranquilidad de las cosas pasadas, donde hay pocos riesgos. Hemos llevado al extremo nuestra bandera de la objetividad y la independencia par alejarnos de los problemas diarios de los clientes y juzgarlos a posteriori, en lugar de participar en su solución, aportando precisamente esa objetividad e independencia. Nos hemos escudado por demasiado tiempo tras el impenetrable velo de que todo lo nuestro tiene que objetivo y verificable, estandarizado y comparativo.
Pero este modelo esta diseñado para admirar al pasado como base de las decisiones.

Nuestros clientes y patronos necesitan tomar decisiones, no solo en base al pasado, sino en base a las proyecciones para el futuro. Necesitan ayuda en mirar hacia el futuro, más que hacia la historia pasada.
De ahí que nuestro principal enfoque deba estar dirigido hacia el futuro. Debemos ser asesores financieros, asistentes de nuestros clientes en la conducción de sus negocios y en el manejo de los cambios.

Los contadores tenemos que saber de negocios, no solo de finanzas: conocer otras disciplinas, tales como comercio internacional y derecho comercial y no sólo contabilidad, auditoría e impuestos; recomendar como lograr eficiencia operacional y no sólo criticar la falta de controles internos. Para mirar hacia el futuro, nuestro enfoque tiene que ser subjetivo, como todo estimado, y no objetivo, basado en el juicio, como toda proyección, y no necesariamente verificable, único según las circunstancias del tiempo y no comparativo; y a la medida contrario a lo estandarizado. En otras palabras, tenemos que aprender a trabajar en un terreno lleno de riesgos que mira hacia el futuro y que es radicalmente diferente de aquel campo seguro y tranquilo que solo mira a las cosas pasadas.

El contador de hoy debe saber de economía y conocer las tendencias que operan en su medio para asistir a sus clientes a ubicar sus empresas en el mercado. Debe saber de calidad, precios y mercados para asistir a sus clientes a competir.

Debe conocer de mercados internacionales para ayudar a sus clientes a defenderse de la competencia que viene de fuera y para asistirle en sus esfuerzos por penetrar mercados externos.

El contador de hoy tiene que conocer los efectos de los acuerdos que crearon la Organización Mundial del Comercio sobre las operaciones de sus clientes y poner tanto o mas énfasis en los aspectos operacionales de las empresas que en los principios de contabilidad de aceptación general. Los empresarios toman por sentado que su contabilidad produce información financiera confiable y correcta, y en la mayoría de los casos, no necesitan que le tratemos temas contables sino temas empresariales.
El campo de acción del contador se ha ampliado porque el mundo se ha ampliado porque el mundo de los negocios se ha ampliado. Aunque no lo quieran, las empresas tienen que hoy día competir en un mercado globalizado.

Esto no quiere decir que las empresas necesariamente tienen que enfocarse a la exportación. Muchos tienen la equivocada idea que globalizacion quiere decir competir en mercados extranjeros y sostienen que la globalizacion no les afecta porque sus negocios no se dedican a la exportación. Pero globalizacion no quiere decir que todo el mundo tiene que exportar, sino que el mercado nacional se abre para participar en una economía internacio-nalizada. Esta precisamente es la esencia del acuerdo que culminó la Ronda de Uruguay del GATT y creo la Organización Mundial del Comercio.

No es necesario, entonces, exportar para competir en un mercado internacio-nalizado porque ese mercado exterior está llegando a cada país y penetra hasta nuestras mismas puertas. Las empresas tienen que competir, no en el exterior, sino a nivel nacional con productos que llegan de otros países como fruto de esa apertura económica. Para poder competir en calidad y precios, las empresas tienen entonces que eficientizarse o del contrario no podrán sobrevivir. No hay otro camino. Aquella empresa que no pueda elevar la calidad de sus productos y reducir sus precios para competir con los productos que llegan de fuera sencillamente será sacada del mercado. Este es el reto que se nos presenta a nosotros. Porque no sólo somos nosotros los asesores financieros de las empresas con la tarea de ayudarles a enfrentar este cambio revolucionario en los negocios, sino que las empresas son nuestra fuente de trabajo. Si las empresas desaparecen, nosotros nos quedaremos sin trabajo e iremos desapareciendo con ellas. Así de serio es este asunto, señores.

Ese cambio indispensable en nuestras industrias y empresas incluye necesariamente un cambio en nuestra forma de ser, en nuestra psiquis nacional, en todo el sector privado y en todo el sector público. Se tiene que terminar la corrupción, los sobornos, los chantajes. Se tiene que terminar ese gigantismo estatal que arropa todo y todo lo atrofia y corrompe. El Estado se tiene que modernizar y convertirse en un aliado del sector privado nacional, que es el único que verdaderamente produce. Por su parte, el sector privado debe dejar de depender de los subsidios que ofrece el estado en la forma de exenciones impositivas y otras formas de asistencia económica.

Y nadie debe llevarse a engaño alegando que el culpable de todos nuestros males es esa globalizacion y que la solución para salvar la empresa nacional es el proteccionismo contra la economía exterior. En primer termino, eso haría del país un violador del acuerdo firmado en abril de 1994 y creó la OMC.
Pero, lo que es peor, al cerrarse a la competencia abierta, el proteccionismo condena a los ciudadanos del país de que se trate a consumir productos de mala calidad y a altos precios. Por eso, el proteccionismo es rechazado por todas las corrientes económicas en todas sus manifestaciones y formas.

En este ambiente es donde el contador tiene la obligación de decir presente y ofrecer al empresario el asesoramiento que le ayude a organizarse y hacerse eficiente para poder sobrevivir.

El desempeño de este nuevo contador implica el re - estudio de normas profesionales consideradas sagradas para definir hasta donde se debe o se puede llegar. Una de las reglas que mas se puede ver afectada por la actuación de este nuevo profesional es la de la independencia. Nuestra profesión debe determinar hasta donde puede llegar el contador en este nuevo rol sin afectar su independencia como auditor y, si es preciso, imponer limitaciones para que a aquellos contadores que se dediquen a ciertas funciones les este vedado seguir actuando como auditores externos.

Debido a lo delicado de este tema, el mismo ha sido colocado en la agenda del Foro de Etica que la Federación Internacional de Contadores (IFAC) celebrará a finales de marzo de 1996 y al cual se han invitado a todos los Organismos miembros.

En resumen, el contador tiene que sacarse de la cabeza la práctica tradicional de la profesión y prepararse para incursionar en el mundo de los negocios con sus conocimientos de contabilidad y finanzas como herramientas, como armas de combate y no como su producto final. Aquel que logre reformarse para lograr esta meta será el que sobreviva al turbulento período de cambios que estamos viviendo.

NUESTRO TRABAJO

El tipo de trabajo que hacemos los contadores necesita también ser ampliado para responder a los cambios en el ambiente de los negocios. Los tradicionales informes de auditoría, incluyendo los informes de compilación, de revisión y las cartas de gerencia ya no satisfacen todas las necesidades de las empresas.

Desde hace ya algún tiempo, algunos de los principales despachos de auditoría se han estado capacitando para poder certificar niveles de calidad de productos y procesos, especialmente de conformidad con los requisitos de la ISO (Organización Internacional de Estanda-rización). La certificación de niveles de calidad es un tipo de trabajo nuevo que, si bien por el momento no es conocido en nuestros países, demuestra los rumbos que va tomando nuestra profesión al apartarse de los trabajos tradicionales de verificación.

También comienza a percibirse desde hace un tiempo una demanda por servicios de verificación de lo que se llama «Información blanda» es decir información que no es verificable como exacta y definitiva.

Entre estas informaciones encontramos las proyecciones de resultados financieros, las tasaciones, y las valuaciones tanto de activos específicos y de opciones de inversión como de las acciones de empresas. Los informes sobre estas informaciones se hacen especialmente útiles cuando unas empresas se interesan en adquirir otras empresas o ramas de negocios de otras empresas. Nuestra profesión se ha pronunciado sobre el tema de la verificación de proyecciones y existe una norma internacional de auditoría sobre este tema.

También existe una parte del mercado que considera necesario que los contadores establezcamos procedimientos y reglas que nos permitan ofrecer alguna opinión acerca de la efectividad con que la empresa ha sido administrada. Y hay quienes consideran que debemos poder concluir y opinar si una administración en particular fue satisfactoria o deficiente. Esto implicaría darle al contador atribuciones de evaluador de eficiencia operacional y prácticas administrativas y pedirle que opine sobre lo bien o mal que una empresa fue administrada en un período dado. Muchos consideran que eso es de tanta importancia para los accionistas como la opinión sobre la razonabilidad de los estados financieros. Sin embargo, existen consideraciones de responsabilidad de legal que, por lo menos por el momento, impiden que la profesión organizada se aboque a endosar este tipo de trabajo. Sin embargo, este tema ya ha sido colocado en la agenda de trabajo del Comité de Normas Internacionales de Auditoría de IFAC para determinar los pasos que la Federación Internacional, como organismo líder de nuestra profesión, debe recomendar mirando hacia el futuro.

Por otra parte, el tema de la brecha de expectativas entre lo que el público espera de una auditoría y lo que una auditoría puede lograr es muy conocido por todos. El público, se resiste a aceptar que las auditorías no necesariamente informen que un negocio puede haber hecho algo que lo podría llevar a la quiebra. El público tampoco acepta que los auditores no detecten un fraude que pueda hacer ocurrido y no comprenden cuando se ofrecen explicaciones de que las auditorías no están diseñadas para detectar fraudes. Algunos pasos se han dado en este sentido por nuestra profesión, al emitirse normas que aumentan la responsabilidad del auditor de diseñar procedimientos en la etapa de planeación que le ayuden a detectar fraudes, si estos «existiesen». Sin embargo, debemos reconocer que todavía nos falta un gran camino que recorrer antes de decir que la brecha de expectativas ha sido salvada.

Nuestra profesión debe continuar buscando formas de lidiar con esta brecha para poder salvaguardar la credibilidad de nuestros informes. Si el publico pide algo que nuestra profesión actualmente no esta en condiciones de dar, es nuestra responsabilidad buscar la forma de satisfacer al público. El negarnos al amparo de unas normas que el público ni conoce ni comprende equivale a perder una oportunidad dorada de ser realmente de utilidad a la sociedad.

En lo que respecta a la Federación Internacional de Contadores, les puedo asegurar que los comités de Auditoría, Educación y Etica revisan cada año sus planes de trabajo a la luz de las necesidades expresadas por los organismos miembros para asegurarse de que la Federación se dedica a resolver problemas y tratar temas que realmente se consideran de importancia. Todos estos temas que he mencionado se encuentran, de una forma u otra, dentro del plan de trabajo de algún Comité Técnico de IFAC o de su Comité Ejecutivo.

No quisiera dejar el tema de nuestros trabajos y nuestros informes sin enfatizar lo que, en mi opinión, representa la espina dorsal de nuestra profesión: la credibilidad. No hay duda de que lo que le da valor a nuestro trabajo es la credibilidad que tenemos ante el público como revisiones de información financiera. En la medida en que esa credibilidad se ve mermada, en esa misma medida pierde razón de ser nuestra profesión. Por lo tanto, debemos estar siempre alertas para asegurarnos de que esa credibilidad es protegida y aumentada, nunca disminuida.

No debemos engañarnos, existe una impresión generalizada en algunos lugares de que la información financiera es manipulada según los intereses que se persiguen. El público en general puede albergar dudas acerca de la veracidad de los informes financieros que se producen el en sector privado porque existe una natural tendencia al escepticismo, fruto del ambiente corrupto que se respira a nivel nacional, donde todos los días leemos sobre alegados actos reñidos con la moral por parte de funcionarios designados o elegidos, precisamente para cuidar y defender los intereses del público. Este escepticismo nos salpica también a nosotros.

En consecuencia, debemos tener siempre presente que nuestra profesión es el eslabón entre la actividad económica empresarial y el público. Las informaciones financieras que nosotros manejamos representan revelaciones que se presentan al público, definiendo como público al Estado, a la banca, a los inversionistas, a los acreedores y a todo el que necesite leerla. De nuestra credibilidad como profesionales depende la credibilidad que ese publico dará al sector empresarial. Somos el bastón de credibilidad para el público. Y nuestra credibilidad se ve aumentada cada vez que nos atrevemos a revelar las cosas malas que descubrimos en nuestro trabajo. Por eso es nuestra responsabilidad mencionar en nuestros dictámenes e informes todas las desviaciones que encontramos. Nuestra profesión es única porque nos debemos al público que va a leer nuestros informes más que a los clientes y patronos que nos pagan. Ninguna otra profesión tiene esta responsabilidad. Debemos tener esto siempre presente para no traicionar esta confianza que el público ha puesto sobre nosotros.


Revistas

Revista N° 24

Revista N° 23

Revista N° 22

Revista N° 21

Revista N° 20

Revista Nº 19

Revista Nº 18

Revista Nº 17

Revista Nº 16

Revista Nº 15

Revista Nº 14

Revista Nº 13

Revista Nº 12

Revista Nº 11

Revista Nº 10

Revista Nº 9

Revista Nº 8

Revista Nº 7

Revista Nº 6

Revista Nº 5

Revista Nº 4

Revista Nº 3

Revista Nº 2

Revista Nº 1

Revista Nº 0
Las opiniones vertidas en el Sitio corren por cuenta de sus autores - Todos los derechos reservados ® / 1997-2008 - Prohibida su reproducción total o parcial - Pasible de acción legal - Ingeniería Plástica ® - webmaster@ingenieriaplastica.com - Copyright - All Rights Reserved